Los salmos como medio para alabar a Dios

La incomparable belleza de los salmos consigue que estas oraciones pertenecientes tanto al catolicismo como al judaísmo sean empleadas de forma recurrente para acompañar distintos momentos de la vida. Denominados como poesía religiosa, estos escritos se han consagrado por sus melodiosos adornos y por ser un medio idóneo para alabar a Dios; algo ciertamente indispensable para quien no se limita exclusivamente a leer la Biblia en busca de ayuda sino que también asigna tiempo para agradecer y expresar todo ese cúmulo de sentimientos que se desprenden al valorar todo lo que el creador ha hecho por nosotros.

En la iglesia católica los salmos hacen parte del Antiguo Testamento, son escritos con gran significado que por lo mismo merecen ser recitados con todo el amor y la fe posible.

¿Qué son los salmos?

Al ser procedente del vocablo psalmus, el concepto de salmo puede entenderse básicamente como la alabanza a una divinidad, así pues, son plegarias que reúnen más de dos mil años de antigüedad y que desde siempre se han caracterizado por intentar ser el medio a través del cual el creyente pueda encontrar solución a sus requerimientos sociales, personales y litúrgicos.

En cuanto a sus autores se sabe que los profetas, sabios y similares se dedicaron con gran humildad a la creación de estos himnos pensados para ser recitados con la compañía de música. Para hablar más específicamente sobre sus autores debemos citar a el Rey David, Asaf, Salomón y a Moisés quienes lograron la totalidad de 150 composiciones diferentes.

Razones para orar los salmos

Una vez tengas acceso a todos los salmos en https://www.iglesia.info/salmo-23/ podrás notar que estas oraciones se clasifican en diferentes categorías que buscan adaptarse a las necesidades más profundas del creyente y para ello es posible reconocer que su acción se adapta a tres factores esenciales: la actitud de quien realiza la oración, el tema que desea o requiere para analizar y finalmente lo que se quiere lograr con dicha plegaria.

Puesto que más que oraciones se trata de poesía, acudir a los salmos permite disfrutar de un enfoque mucho más centrado hacia Dios donde no se repite nada mecánicamente, la palabra escrita simplemente se vive y empieza a parecer un diálogo honesto con quien se sabe nunca va a defraudarnos. Reflexionar sobre ellos es una acción que alimenta la fe, causa emoción por el sentir verdadero que despierta y sin duda alguna trae alivio y alegría para el alma.