El origen de Afrodita, diosa griega del amor y la lujuria

La mitología es un tema tan extenso como interesante, esto gracias a que revela la existencia de una gran variedad de deidades, tradiciones y costumbres que sirven para identificar grupos sociales además de conocer de manera un poco más profunda sus convicciones y maneras de ver la vida. Así pues, revisaremos en esta ocasión el origen de Afrodita, diosa griega del amor y la lujuria pues lo cierto es que corresponde a una de las diosas más antiguas y con mayor número de equivalentes en las diferentes culturas.

Partiendo de la premisa que establece a los dioses griegos como aquellos que moraban en la parte más alta del monte Olimpo y que permitían darle ese sentido religioso a cada pequeña parte de la existencia de la sociedad griega, la influencia de Afrodita siempre fue amplia pues es importante señalar que no la veían exclusivamente como guía del amor romántico, también abarcaba lo referente a la sexualidad y las diferentes pasiones.

Origen y culto de Afrodita

En cuanto a los orígenes de Afrodita, se dice que esta nació de la espuma del mar debido a que Crono en medio de la guerra le cortó los testículos a Urano para luego arrojarlos al mar. Luego de esta acción surgió una espuma de color blanco que hizo posible que naciera esta diosa, con la particularidad de no haber tenido infancia pues desde siempre se presentó como una mujer adulta.

Debido a lo mucho que era deseada por su belleza, Zeus para evitar problemas decidió casarla con Hefeso, una unión que nunca consiguió hacer plenamente feliz a la diosa así que con el tiempo empezó a estar con diferentes amantes tal y como es el caso de Adonis y Ares. Respecto al gran culto de Afrodita este fue tan intenso que era inspiración para la realización de festivales y de prácticas como por ejemplo la prostitución religiosa como medio para venerarla.

Afrodita y su representación física

Inicialmente su iconografía la plasmaba con hermosas vestimentas que le daban la apariencia de gran lujo y suntuosidad, sin  embargo fue a partir del siglo IV cuando empezó a ser mostrada desnuda ya que su connotación sexual había crecido considerablemente. De ahí que se le vea en posiciones algo sugerentes y que poco a poco se hubiese instaurado como inspiración para poetas y demás personas que gustaran de aprovechar su simbología y todo aquello con lo que se relaciona.